jueves, 11 de diciembre de 2008

ESTOS MAGNÍFICOS PROFESORES QUE TENEMOS - MODIFICACIÓN

Pero si es que no podía dejar de hablar de estos profesores a los que tanto queremos y admiramos, quienes son un modelo a seguir para nosotros y son tan simpáticos y cachondos. No me lo negaréis, tenemos un claustro de “profes” singular. Unos destacan en unos aspectos, otros en otros aspectos y algunos destacan por encima del resto.

Este último caso es el que más me ha marcado como alumno y como persona y es el que ha hecho que pasara de pensar que eran un enemigo a quien había que tocarle las narices y martirizarlo,(aún recuerdo cuando a finales de primaria había ese septeto histórico que muchos no conoceréis y que os presento: eran Méndez, Cristian, Chavanel, Aaron Raja, Francisco, José Miguel y un servidor, quienes manchábamos cortinas, jugábamos a matarnos en clase y hacíamos tiro al plato des del último piso del edificio a ver si la lluvia de objetos acababa con el cabezón de algún profe. Al final lo conseguimos) a pensar que eran personas de buena voluntad y que me podía llevar muy bien con ellos. Evidentemente esos actos vandálicos ya han desparecido en bachillerato, sino no estaríamos para contarlo.

Como podéis ver este cambio de pensamiento no ha sido sencillo. Han tenido que suceder muchas cosas y hacernos mayores para comprender que al colegio no se viene a liarla ni a molestar al profesor sino que se viene a trabajar o a echarse una siestecita en función de la personalidad del alumno.

Dicho esto, vayamos al grano, a lo divertido de verdad, a algunos de los profes con los que mejor me lo paso. En primer lugar me gustaría empezar hablando de un profesor de quien ya había oído hablar pero no me creía lo que decían mis compañeros antes de llegar a esta clase, pero que es cierto, me refiero al señor Santiago Franco Franco. Pienso que es destacable el ritmo frenético y la tremendísima velocidad con la que explica el temario (perdón es broma a veces para que necesite un empujoncito, venga ánimo Santi. También son de admirar su mirada fija con esos ojitos pequeños, que te deja helado e incluso da miedo así como su extraña habilidad para tocar cables del ordenador y arreglar milagrosamente el problema que se le ponga por delante.

Otro "profe" que me llama mucho la atención es Pareja. En la antigua clase Xavi Muntaner y yo jugábamos a ver quién era el que acertaba cuantas veces pasaba por el pasillo en una hora. Unas cinco veces era el resultado aproximado. Hasta ahí nada raro. El problema es que tienes que multiplicar cada viaje por un cigarro. Si consideramos que una semana tiene unas 168 horas y que Pareja se pasa más de la mitad durmiendo, comiendo y trabajando como el resto de profes caen aproximadamente entre 350-400 cigarros por semana. Para que nos entendamos mejor, entre 18000 y 20000 cigarros al año, que son 900-1000 paquetes. Para que luego se quejen los de los bares y los estancos.

Capítulo aparte se merece también Beni. Yo creo que el señor Benítez, con todo el cariño del mundo es una mezcla entre profesor, loco y bromista hiperactivo. La verdad es que se podría escribir un libro entero con él y su gran droga, el shootball. Pronuncia esa palabra mágica y puede ser o que te suba algún punto en la nota o que se “hiperexcite” y empiece a hablar de su abuela fumando porros o tomando whiskys. Además suele contarte historietas sobre su infancia en que ponía chinchetas en el culo de su profesor o en el que intentaba cruzar un puente donde casi se mata o suele hacer chistes malos en clase, sonidos extraños o a motivarse con sus conceptos técnicos. También se merece un comentario Carlos, administrador y profesor de economía. Es destacable porque él entra en clase con este aire de persona feliz que le caracteriza e intenta empezar a explicar la lección. Inmediatamente después de que intente empezar a hablar empiezan a surgir comentarios de los alumnos y normalmente, o bien acabamos hablando de su serie favorita, “South Park” o de la vida nuestro querido compañero de clase Francesc Valls.

Para los que la hayan tenido, sabrán que Mónica, la “profa” de castellano no deja indiferente a nadie. Sus clases suelen tener una estructura muy bien definida. Se comienza hablando de las aventuras de ella y su familia en Finlandia, se sigue con un comentario de sus series favoritas (que suelen ser “El Internado” y “Física o Química”) y los últimos diez minutejos de clase se hace una explicación del temario precedido de un “Esto ya lo habéis dado en la ESO eh, es repaso”. Entretenidas y divertidas son también las clases de Filosofía, con Isabel, nuestra tutora. Bueno filosofía por llamarlo de alguna manera, porque cuando no te pone videos de abejas borrachas te los pone de primates saltando o de animalitos en celo.

Una mención se merece al menos nuestro buen profesor de religión y las historias a las ocho de la mañana "del nostre estimat amic Narredí i les seves aplicacions".

Y finalmente, el profesor estrella, alguien con quien me he reído muchísimo y a quien admiro y respeto profundamente, ni más ni menos que Raúl Izquierdo. Cuando lo tuve por primera vez imponía y parecía duro y todo, pero una vez lo conoces, es tremendo. Cuando empieza con sus chistes e historias extrañas no puedes parar de reír. A veces parecía uno más de nuestro grupo, incluso nos llamaba por nuestro mote a veces. Una de las anécdotas que más tengo presentes es cuando una vez nos parecía que se había equivocado en la pizarra. En todo el curso no había tenido ni errores de cálculo ni se había hecho un lío al hablar ni nada, pero en una operación vimos que se equivocó. Nos dijo que él nunca se equivocaba y después de meditar durante un rato demostró que no se había equivocado en el cálculo. Esto nos dice mucho de Raúl, una persona singular.

Muchos de vosotros pensaréis que hablar de los profes es muy sencillo y criticarlos también por eso os digo que podría haberme caracterizado a mi mismo fácilmente, pero ese monólogo lo dejaré para otra ocasión.

lunes, 8 de diciembre de 2008

ESTOS MAGNÍFICOS PROFESORES QUE TENEMOS

Pero si es que no podía dejar de hablar de estos profesores a los que tanto queremos y admiramos, quienes son un modelo a seguir para nosotros y son tan simpáticos y cachondos. No me lo negaréis, tenemos un claustro de “profes” singular. Unos destacan en unos aspectos, otros en otros aspectos y algunos destacan por encima del resto.

Este último caso es el que más me ha marcado como alumno y como persona y es el que ha hecho que pasara de pensar que eran un enemigo a quien había que tocarle las narices y martirizarlo,(aún recuerdo cuando a finales de primaria había ese septeto histórico: Méndez, Cristian, Chavanel, Aaron Raja, Francisco, José Miguel y un servidor, quienes manchábamos cortinas, jugábamos a matarnos en clase y hacíamos tiro al plato des del último piso del edificio a ver si hacíamos strike con el cabezón de algún profe) a pensar que eran personas de buena voluntad y que me podía llevar muy bien con ellos. Evidentemente esos actos vandálicos ya han desparecido en bachillerato, sino no estaríamos para contarlo.

Como podéis ver este cambio de pensamiento no ha sido sencillo. Han tenido que suceder muchas cosas y hacernos mayores para comprender que al colegio no se viene a liarla ni a molestar al profesor sino que se viene a trabajar o a echarse una siestecita en función de la personalidad del alumno.

Dicho esto, vayamos al grano, a lo divertido de verdad, a algunos de los profes con los que mejor me lo paso. En primer lugar me gustaría empezar hablando de un profesor de quien ya había oído hablar pero no me creía lo que decían mis compañeros antes de llegar a esta clase, pero que es cierto, me refiero al señor Santiago Franco Franco. Pienso que es destacable el ritmo frenético y la tremendísima velocidad con la que explica el temario. También son de admirar su mirada fija, que te deja helado e incluso da miedo así como su extraña habilidad para tocar cables del ordenador y arreglar milagrosamente el problema que se le ponga por delante.

Otro "profe" que me llama mucho la atención es Pareja. En la antigua clase Xavi Muntaner y yo jugábamos a ver quién era el que acertaba cuantas veces pasaba por el pasillo en una hora. Unas cinco veces era el resultado aproximado. Hasta ahí nada raro. El problema es que tienes que multiplicar cada viaje por un cigarro. Si consideramos que una semana tiene unas 168 horas y que Pareja se pasa más de la mitad durmiendo, comiendo y trabajando como el resto de profes caen aproximadamente entre 350-400 cigarros por semana. Para que nos entendamos mejor, entre 18000 y 20000 cigarros al año, que son 900-1000 paquetes. Para que luego se quejen los de los bares y los estancos.

Capítulo aparte se merece también Beni. Yo creo que el señor Benítez, con todo el cariño del mundo es una mezcla entre profesor,“cheerleader”, loco y bromista. La verdad es que se podría escribir un libro entero con él y su gran droga, el shootball. Pronuncia esa palabra mágica y puede ser o que te suba algún punto en la nota o que se “hiperexcite” y empiece a hablar de su abuela fumando porros o tomando whiskys. También se merece un comentario Carlos, administrador y profesor de economía. Es destacable porque él entra en clase con este aire de persona feliz que le caracteriza e intenta empezar a explicar la lección. Inmediatamente después de que intente empezar a hablar empiezan a surgir comentarios de los alumnos y normalmente, o bien acabamos hablando de su serie favorita, “South Park” o de la vida nuestro querido compañero de clase Francesc Valls.

Para los que la hayan tenido, sabrán que Mónica, la “profa” de castellano no deja indiferente a nadie. Sus clases suelen tener una estructura muy bien definida. Se comienza hablando de las aventuras de ella y su familia en Finlandia, se sigue con un comentario de sus series favoritas (que suelen ser “El Internado” y “Física o Química”) y los últimos diez minutejos de clase se hace una explicación del temario precedido de un “Esto ya lo habéis dado en la ESO eh, es repaso”. Entretenidas y divertidas son también las clases de Filosofía, con Isabel, nuestra tutora. Bueno filosofía por llamarlo de alguna manera, porque cuando no te pone videos de abejas borrachas te los pone de primates saltando o de animalitos en celo.

Y finalmente, el profesor estrella, alguien con quien me he reído muchísimo y a quien admiro y respeto profundamente, ni más ni menos que Raúl Izquierdo. Cuando lo tuve por primera vez imponía y parecía duro y todo, pero una vez lo conoces, es tremendo. Cuando empieza con sus chistes e historias no puedes parar de reír. A veces parecía uno más de nuestro grupo, incluso nos llamaba por nuestro mote a veces. Una de las anécdotas que más tengo presentes es cuando una vez nos parecía que se había equivocado en la pizarra. En todo el curso no había tenido ni errores de cálculo ni se había hecho un lío al hablar ni nada, pero en una operación vimos que se equivocó. Nos dijo que él nunca se equivocaba y después de meditar durante un rato demostró que no se había equivocado en el cálculo. Esto nos dice mucho de Raúl, una persona singular.

Muchos de vosotros pensaréis que hablar de los profes es muy sencillo y criticarlos también por eso os digo que podría haberme caracterizado a mi mismo fácilmente, pero ese monólogo lo dejaré para otra ocasión.